jueves, 14 de noviembre de 2013

El mejor y el peor momento

En nuestra vida influye evidentemente la suerte, pero nosotros influimos también, con nuestro trabajo, nuestras decisiones y la dirección que tomamos en muchos momentos. Un personaje como Eric Cantona, que no deja indiferente, y que desde luego ha tomado muchas decisiones, maravillosas y polémicas, me sirve de ejemplo.


Si algo le sobra a Eric es carácter. Abandonó el fútbol en 1991 por orgullo, tras un incidente en un partido de fútbol de la liga francesa, a la edad de 25 años. Afortunadamente hizo caso a los que le aconsejaban irse a Inglaterra y meses después debutó en el fútbol inglés, donde llegó a ser uno de los jugadores mas admirados hasta su retirada, en 1997, cosa que hizo antes de que su carrera comenzara a declinar.


Le apodan "el rey", y se hizo famoso por sus golazos, algunos de ellos memorables; pero también por su mal carácter, que le llevo al penoso incidente de dar una patada a un espectador en pleno partido de fútbol (el cual le estaba gritando insultos racistas), por lo que le castigaron 9 meses sin jugar.


Tras su retirada del fútbol, se ha dedicado al cine, a ser entrenador, y también a agitar las redes sociales, como cuando en 2010 hizo un llamamiento para que todos los franceses sacaran el dinero de los bancos, por los recortes y la perdida de derechos de los ciudadanos.

Y fue en una película, "Buscando a Eric", donde encontré una perla, una reflexión sobre los mejores y los peores momentos de uno mismo.


El protagonista, Eric Bishop (a la derecha en el cartel) un cartero de Manchester rodeado de múltiples problemas, recibe vistas como alucinaciones de su ídolo, Eric Cantona (que hace de él mismo).

En una de esas alucinaciones, el protagonista le pregunta a Eric Cantona cual fue su mejor momento en un campo de fútbol. ¿Acaso aquel gol de volea? ¿O aquel golazo que sorprendió a todo el estadio?... Cantona responde negativamente. No, no fue un gol. Fue un pase a un compañero. Un pase sorprendente, genial, que le dejó en una posición perfecta para conseguir batir la meta contraria.


¿Y que habría pasado si tu compañero falla? Le pregunta el protagonista. La respuesta de Cantoná es rotunda: hay que confiar. Confiar.

Y a renglón seguido le pregunta también por su peor momento. La suspensión de 9 meses sin poder jugar por la patada al aficionado. Cantona también se sincera y habla de que, en los peores momentos tienes que centrarte en una meta. Buscó una meta (¡aprender a tocar la trompeta!) y se dedicó a ella...



Todos pasamos momentos que, quizás no valoramos, pero que luego apreciamos como los mejores, o los peores que hemos pasado. En ajedrez un ejemplo famoso fue el de Alekhine, que preso del alcoholismo perdió el titulo mundial frente a Euwe, y que 2 años después consiguió recuperarlo, logrando así su meta.


Yo mismo llevo 2 semanas terribles donde cada momento podía convertirse en el mejor o en el peor momento de todos. La sonrisa, una meta, confiar y disfrutar de la compañía de buena gente ha hecho, y hace,  todo mucho mas llevadero.