jueves, 31 de diciembre de 2015

Y lo sabes, pero necesitas que alguien te lo diga...

Llega el final de año, todos nos hacemos propósitos, queremos mejorar cosas de nosotros mismos, cambiar, empezaremos proyectos... pero sin testigos, la gran mayoría se quedarán en intentos...

Y es que, sabemos de cosas que deberíamos hacer, que serían buenas para nosotros, pero estamos estancados en nuestra comodidad, por miedo u obcecados... necesitamos que alguien nos lo diga...


Y no cualquier alguien. A veces tiene que ser alguien específicamente, y no valen los de nuestro entorno; otras veces solo necesitaríamos que "el" o "ella" me lo diga, que me empuje...


Y nos pasa a todos, le pasó incluso al mítico Fischer, que, ante el momento clave de su carrera (el match final frente a Spassky), necesitó de las palabras de Henrry Kisinguer y los dineros que aportó un maravilloso mecenas James Slater para acudir a Reykiavik y hacer historia...

Quien sabe que nos hemos perdido por la falta de las palabras adecuadas de la persona adecuada.


Solo desearos a todos que, quien tenga la llave de vuestras acciones, accione este año que entra la palanca de "tienes que ser mas feliz"...