Hay muchos muros de piedra en nuestro camino. En ocasiones nos parecen obstáculos insalvables, y a veces puede parecernos que es sencillo, que lo hemos superado antes, que parece fácil sortearlo... y chocamos...
Y no hablo de muros en sentido figurado. Hablo de esos obstáculos que no nos permiten seguir hasta la meta.
Quizás el mas conocido es el de la maratón, Nunca la he corrido, pero los que si lo han hecho hablan de ese desfallecimiento que, sin venir a cuento, aparece normalmente entre los kilómetros 30 a 35 de la carrera.
El motivo es fisiológico, el cuerpo cambia de sistema de extracción de energía y los músculos se fatigan...¿Como superarlo? ¿Como enfocar el problema? Es fácil rendirse... basta con dejar de correr... pero después de mas de 30 kilómetros y a falta de apenas 10...
En ajedrez también tenemos nuestro muro de piedra. Es una defensa que aplican las piezas negras, una formación de peones muy característica, sencilla y sólida.
Durante mucho tiempo me obcequé con machacar el muro rápidamente, con aplastarlo. Los resultados una y otra vez eran negativos para mi. ¿Como era posible que yo no pudiese superarlo? El plan era relativamente fácil, ya lo mostraron con sus partidas en el pasado Carl Schlechter y otros maestros a principios de siglo XX...
Y se inicia una rueda negativa que se retroalimenta. Aparece el muro y entra la ansiedad. Trato de superarlo enérgicamente, fracaso, y se queda la frustración pendiente de ser solucionada... hasta el próximo muro...
No hace mucho, traté de cambiar mi enfoque. En vez de pensar en que estaba obligado a superarlo, traté de intentar hacerlo despacio. Poco a poco. Paso a paso... y mis resultados han ido mejorando.
Hay muchos muros en nuestro camino, y mas en estos tiempos de mascarillas y distancia personal. Pienso que hay que dar pasos, los muros hay que superarlos. La vida no para y pasa muy deprisa.
El corredor de maratón ajustará su ritmo para no parar y llegar a la meta.
En ajedrez trato de ir despacio frente a esa defensa para superarla.
No siempre se consigue, pero dando un paso tras otro, por lo menos estaremos en el camino. Como decían cantante y poeta:
"Caminante, son tus huellas el camino y nada más. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar"
sábado, 20 de junio de 2020
jueves, 19 de marzo de 2020
Abrazos
De niño coleccionaba "El libro gordo de Petete". Era una mezcla de conocimientos generales de casi todo. Creo que leí en él la leyenda de un rey que, para momentos de desesperación, pidió que le escribieran en el interior de un anillo una frase que le ayudase. Cuando lo necesitó, acorralado en una batalla, leyó : "Esto también pasará"
En estos tiempos de virus que nos toca vivir, ayer se celebró la segunda ronda de la ¿única? competición deportiva que aun no se ha suspendido. El torneo candidatos de ajedrez. La foto ilustra como dos de los jugadores se dan el codo, en vez del tradicional apretón de manos inicial.
Hace mucho que aprendí a valorar el contacto humano. Por ejemplo, el apretón de manos. Nos da y nos dice mucho de las personas. Uno flojo puede indicar poco interés, desgana; uno demasiado fuerte agresividad... Se recomienda en el mundo comercial cierta firmeza y devolver la fuerza que recibimos para evitar lo que acabo de comentar... Hay uno que especialmente me gusta, que es una especie de mini abrazo...
Echo de menos los apretones de manos. Los abrazos. Soy afortunado porque estoy en esta cuarentena con mi mujer y mis hijos pequeños. Pienso en lo que dijo Fischer, el gran jugador de ajedrez, justo antes de morir en Islandia. Su última frase en el lecho de muerte fue, "que bueno es el calor humano". Hasta él, un ser solitario, se daba cuenta.
Recuerdo nochevieja de 2018. Estaba con mi familia y unos amigos en Londres. De vuelta al hotel, hasta en dos ocasiones, desconocidos se me acercaron y nos abrazamos deseándonos happy new year! dejándome una sensación de alegría y de armonía.
Abrazos gratis que dicen,,,
Ahora salimos todos los días a las 8 de la tarde a aplaudir a la terraza. Tengo un sensación muy parecida. Me da energía el oír los aplausos y gritos de ánimo de desconocidos. No es lo mismo... pero ayuda.
Pues eso, todo esto también pasará. Cuando empecemos a volver a vernos, os deseo abrazos.
En estos tiempos de virus que nos toca vivir, ayer se celebró la segunda ronda de la ¿única? competición deportiva que aun no se ha suspendido. El torneo candidatos de ajedrez. La foto ilustra como dos de los jugadores se dan el codo, en vez del tradicional apretón de manos inicial.
Hace mucho que aprendí a valorar el contacto humano. Por ejemplo, el apretón de manos. Nos da y nos dice mucho de las personas. Uno flojo puede indicar poco interés, desgana; uno demasiado fuerte agresividad... Se recomienda en el mundo comercial cierta firmeza y devolver la fuerza que recibimos para evitar lo que acabo de comentar... Hay uno que especialmente me gusta, que es una especie de mini abrazo...
Echo de menos los apretones de manos. Los abrazos. Soy afortunado porque estoy en esta cuarentena con mi mujer y mis hijos pequeños. Pienso en lo que dijo Fischer, el gran jugador de ajedrez, justo antes de morir en Islandia. Su última frase en el lecho de muerte fue, "que bueno es el calor humano". Hasta él, un ser solitario, se daba cuenta.
Recuerdo nochevieja de 2018. Estaba con mi familia y unos amigos en Londres. De vuelta al hotel, hasta en dos ocasiones, desconocidos se me acercaron y nos abrazamos deseándonos happy new year! dejándome una sensación de alegría y de armonía.
Abrazos gratis que dicen,,,
Ahora salimos todos los días a las 8 de la tarde a aplaudir a la terraza. Tengo un sensación muy parecida. Me da energía el oír los aplausos y gritos de ánimo de desconocidos. No es lo mismo... pero ayuda.
Pues eso, todo esto también pasará. Cuando empecemos a volver a vernos, os deseo abrazos.
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