miércoles, 26 de junio de 2013

Re

Pienso en esta entrada que empiezo a escribir, y no puedo evitar recordar la escena de la película Matrix; cuando el malvado Sr.Smith tiene agarrado por el cuello a Neo (Keanu Reeves), esperando a que el tren les atropelle, y le susurra aquello de: "¿Oye eso Sr. Anderson? Es el sonido de lo inevitable"...



Lo inevitable. Podemos huir de ello, podemos hacernos los tontos... pero lo que hay que hacer hay que hacerlo. Y en muchas ocasiones, además, va precedido de las letras "re".

Re inventarse
Re descubrir
Re hacerse
Re nacer
Re accionar
Re vivir
...

Que difícil es empezar de nuevo. Que costoso. Que pereza. Pero visto lo visto en este mundo en el que vivimos, es inevitable.

Reinventarse es algo que parece que teníamos olvidado, de los tiempos donde la vida no era tan cómoda, pero hoy, quien no se reinventa está abocado a la extinción...

Redescubrir hay que re-descubrirlo casi todo, desde esas pequeñas cosas que nos gustaba hacer, y que olvidamos a cambio de metas mas elevadas, hasta aquellos caminos que vimos pero esquivamos, porque nos daban miedo...

Rehacerse. Ante los golpes, las tragedias, las desdichas... hay que rehacerse si o si. Acabo de ver el último capítulo de la sexta temporada de MadMen y, como el protagonista, ante lo inesperado hay que decidir, rehacer-se y continuar...


Renacer. Sentir de nuevo, como el ave Fenix de nuestras cenizas construir de nuevo nuestra linea de vida...

Reaccionar. Pensar duele, y tomar decisiones mas aun, pero hay que activarse y ponerse en marcha. Ante lo que se pone por delante, moverse; las cosas no se solucionan solas...

Revivir. Ya no podemos ser lo que algún día fuimos, pero podemos aprender. Aprender de las derrotas, del dolor, de las heridas... revivir y recomenzar como en la película Apocalypto, cuando alguno de sus protagonistas busca un nuevo principio para su vida...


Y por último, el re mas importante y que a veces olvidamos en este mundo cibernético. Todo lo demás tiene que ver con ello, con lo que de verdad importa, lo que tenemos que descubrir para seguir adelante. Lo Real.

¿Que es real y que nos inventamos para huir?



miércoles, 19 de junio de 2013

Ausencias

Hay veces en las que nos invade la melancolía. Miramos atrás y recordamos.


Mi añorado personaje de Hugh Laurie, el doctor House, posiblemente me respondería a estas añoranzas con una de sus expresiones: "Eres idiota". Acompañando esta exclamación con un sin fin de motivos para vivir el presente, y tratando de hacerme ver que solo existe eso: El ahora.

Pero no podemos resistirnos. La vida pasa, las cosas y las personas desfilan ante nosotros, aparecen y desaparecen, y no podemos evitar echar la vista atrás y recordar. ¿Que recordamos?

Los psicólogos han descubierto hace mucho que nuestra mente entierra lo malo. Trata de olvidarlo para defenderse del dolor. No obstante nos asaltan pensamientos de tristeza, de momentos malos, de añoranzas o de dolores (sobre todo emocionales) que están ahí, aunque se vayan atenuando poco a poco.

Por otra parte, cuando a partir de cierta edad nos juntamos con los amigos, recordamos nuestras "batallitas" pasadas, nos reímos, bromeamos sobre los buenos momentos, y cuando hemos agotado y exprimido una de ellas, tratamos de buscar otras que prolonguen ese momento de felicidad colectiva.

La ausencia nos marca. De hecho, nos enseña. Decía el recientemente fallecido Manel Comas, ante el comentario de que afrontaba muy entero la enfermedad que terminó matándolo, que él ya había pasado lo peor que le podía pasar. Que eso no era nada. Y lo peor que le pasó fue la muerte de su hijo de 25 años en un accidente de carretera. La ausencia nos enseña lo que realmente es importante, en este caso un hijo.

Una manera de valorar lo que realmente nos importa y amamos frente a lo superfluo es medir el dolor de su ausencia. Amamos a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros seres queridos y a nuestros verdaderos amigos... ¿Y a que mas?


Pensar en la ausencia es un detector extraordinario. Sé por ejemplo que amo al ajedrez porque, nunca he podido dejar de sufrir cuando no estaba en mi vida. Me he alejado de él varias veces. Curiosamente, en mis peores momentos, estaba lejos, casi olvidado, ausente... Mientras no estuvo conmigo me consumí un poquito cada día que pasaba. En la foto, me veo y añoro. No ya mis 16 añitos de entonces, no. Esta foto es del que fue mi primer torneo serio de ajedrez. Nunca agradeceré bastante a los que me ayudaron entonces lo que disfruté...

Y así, tras múltiples reencuentros, lo tengo junto a mi, en el mejor momento de mi vida: ahora.

¿Y tu amable lector? ¿De que o de quien sentirías su ausencia? ¿Que amas realmente?

lunes, 3 de junio de 2013

Coach

Mi relación con la palabra coach es de amor-odio. Por una parte la palabra es chula: "coach", aunque nuestra traducción al castellano, "entrenador o preparador" tampoco suena mal. Pero, de un tiempo a esta parte, creo que se está abusando de ella. La culpa la tiene la moda del "coaching".


El coaching lo define Wikipedia como un método que consiste en dirigir, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas. Vamos, un entrenador. Lo que sucede es que se está aplicando este término a cosas diferentes a las que estamos habituados.

El de la foto es Artur Yusúpov. Uno de los entrenadores (o coach) mas prestigiosos en ajedrez. En los años 80 compitió por ser el retador del campeón del mundo. Incluso en 1990 logró llegar a la final del torneo de candidatos, que perdió por la mínima. 
Su vida dio un vuelco ese mismo año. 

Un dia de 1990, cuando volvía a su apartamento de Moscú, se topó con unos ladrones. Se desató un forcejeo y recibió un disparo en el vientre que casi le mata. Tras una larga convalecencia, decidió cambiar su domicilio a Alemania, donde vive y cuya nacionalidad terminó adoptando. Aunque siguió varios años mas en la élite del ajedrez mundial, poco a poco se fue dedicando a entrenar mas que a competir, junto a su propio entrenador Mark Dvoretsky.


Yusúpov, por lo tanto, es coach. Un coach de prestigio, de garantías. Sus métodos están probados, y él es un referente en su materia. El ajedrez.


Pero en estos tiempos proliferan otros tipos de "coach". Me he puesto en contacto con varias empresas de coaching meses atrás  Todas tienen un denominador común. VENDEN. Venden cursos de coach, venden métodos de motivación... venden. No veo nada malo en vender lo que sea, pero veo una gran diferencia entre un entrenador especialista en su materia, y un "coach" que se vende. La principal diferencia de todo esto es la solvencia del maestro.


Y la solvencia no es tampoco garantía. Kasparov, sin duda uno de los mejores jugadores de la historia, también ha sido ocasionalmente entrenador. Lo fue de Nakamura (un Top Ten en la actualidad), lo fue también de Carlsen (en la imagen junto a él). Ambos le "despidieron". 

Parece ser que "saber" no es sinónimo de "saber enseñar". Lo que habría dado yo en mi juventud por un buen entrenador (o coach) de ajedrez. Lo que daríamos todos por un buen guía, un buen consejero en los momentos difíciles. De eso se aprovechan algunos hoy. De los miedos que nos rodean y de la búsqueda de soluciones hechas. 


Me viene a la memoria la canción "Oración" de Héroes del Silencio. Os la dejo. La letra nos lo dice: La decisión siempre es nuestra.