Y es que ya lo decían los Monty Python al final de su película "La vida de Bryan", siempre hay que buscar el lado brillante de la vida. Empezamos el mes de septiembre, "el lunes de los meses" como oí que decían la semana pasada, y hay que, en muchos casos, volver al mundo real tras las vacaciones y ponerse uno las pilas. Silbando os aseguro que es mas fácil.
Es casi imposible silbar y estar enfadado. Varios estudios científicos (no puedo dejar aquí de mencionar a mi admirado Daniel Khaneman), demuestran que las posturas y expresiones de nuestro cuerpo influyen en nuestra mente y en lo que sentimos. Brazos y piernas cruzados nos disponen a cerrarnos a nuestro entorno o interlocutor, mientras que gestos como morder horizontalmente un lápiz o saltar, nos predisponen positivamente.
Porque, en nuestra vida, a pesar de todo lo que nos rodea, nos condiciona y nos contamina, nosotros decidimos siempre en última instancia como queremos sentirnos.
Los que jugamos al ajedrez, o cualquiera que practique con pasión un deporte lo sabe. Duele perder. Hay gente que no sabe como reaccionar, huye, se enfada, o tiene una escusa siempre a mano sobre ello.
Hace unos meses perdí una partida especialmente dolorosa frente a un niño. Y fue dolorosa porque, tras jugar muy bien, me desorienté tanto que dejé pasar varias oportunidades de tablas y, finalmente me rendí.
Mientras asumía que tenia la partida perdida y que me tenia que rendir, miré hacia dentro y observé como me sentía. Enfadado, indignado (conmigo mismo), herido... pero mi vista se desvió durante un instante a mi contrincante. Tenía miedo, estaba nervioso. Posiblemente fuera una victoria muy importante para él, de la que se acordaría mucho tiempo y que le motivaría. Decidí entonces ver el lado positivo, el lado brillante de la vida al que cantaban en "La vida de Bryan". Me alegré (lo sé, es contradictorio, perder, estar enfadado con uno mismo y alegrarse...) y felicité honradamente a mi adversario. Me sentí bien. Sigo de vez en cuando pensando y sufriendo los errores que cometí, pero en aquel instante, a pesar de perder, me sentí bien.
Decidí, y quiero decidir ver el lado brillante de la vida. Os dejo con la letra y la canción. Valen la pena.
Brillante
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminar¡Gracias!
ResponderEliminarsiempre positivo "GENIAL". Me voy silbando
ResponderEliminarJOSE MARIA