jueves, 15 de noviembre de 2012

El incentivo mas perverso

Recuerdo una cita: "¿Que es la  inestabilidad? A ver si te lo explico: ¿Cuantos habitantes hay en el mundo?¿7.000.000.000? Pues inestabilidad es que, dentro de 100 años todos estarán muertos."


El de la foto es Mihail Tal, llamado también el mago de Riga. Su maravillosa y dura historia tiene que ver con el título de nuestra entrada.

Aunque aprendió a jugar al ajedrez a los 9 años, no fue hasta los 17 cuando empezó a jugar en serio. Seis años mas tarde, en 1960 era ya campeón del mundo (el mas joven de la historia hasta que llegó Kasparov). Parece un héroe, otra historia mas de un triunfador... y si, lo fue. A pesar de todo.

Observen la foto. Observen la mano derecha. Tal nació con solo 3 dedos en su mano. Lo ocultó toda su vida, y solía ir siempre con la mano en el bolsillo. En los torneos solo se la veía cuando encendía algún cigarrillo. Sepan que, a pesar de ello, dicen que tocaba de manera sobresaliente el piano (fuente Wikipedia).



Campeón del mundo de ajedrez a los 23 años... al año siguiente perdió, dejó de serlo. Su salud fue nefasta durante toda su vida (sufrió 12 operaciones en total). Bromeaba diciendo que "tuve suerte,1960 fue año bisiesto y pude reinar un día mas. Además, el título de campeón es provisional, y el de ex-campeón es eterno..."

Su estilo de juego era inimitable. Asumía riesgos excesivos, sacrificaba piezas de manera temeraria... realizaba ataques fulgurantes. Fue una revolución y un espectáculo. Su imaginación no conocía límites.




Nunca dejó de fumar, a veces compulsivamente. Bebedor reconocido, debido a los constantes dolores renales se hizo dependiente de la morfina. Cuando estaba bien de salud era casi imparable. No paró de jugar en toda su vida. Entre 1972 y 1973 consiguió una legendaria marca de 83 partidas consecutivas sin perder; que superó en 1974 con 93, en 1988 ganó el campeonato del mundo de ajedrez rápido... pero cuando empezaba a jugar bien, la enfermedad le obligaba a bajar el ritmo o a retirarse.

Es curiosa la anécdota de, minutos antes de jugar uno de sus últimos torneos, donde reaparecía después de uno de sus periodos de mala salud, se le acercó uno de sus colegas a saludarle... y él respondió  ¡gracias por reconocerme! de tan demacrado que le había dejado la enfermedad.


Como dice Wayne W.Dyer, "Tenemos todos un compañero que nos acompaña constantemente. A falta de un nombre mejor llámalo Tu-Propia-Muerte. Puedes tener miedo a ese visitante o usarlo en tu propio beneficio. De ti depende la elección". Tal desde bien joven tuvo que mirar a la cara a la sobra de la muerte. Con 23 años era famoso, ex-campeón del mundo, podía acomodarse (como hicieron y hacen otros) o comerse la vida y seguir. Escogió vivir. Aunque quizás se pasó un poquito...

El incentivo mas perverso. No vivir. Adaptarnos a la comodidad. Comodidad que hace nuestros días mas vacíos  nuestra mente mas perezosa y mas autocomplacientes. La vida es un torbellino, no es estable. Nunca vamos a estar igual. Nos haremos viejitos (o no), con achaques, y tendremos escusas para buscar la comodidad. Si no vivimos ahora nos convertiremos en amargados o en vegetales. Este año se cumplieron 20 años de la muerte de nuestro protagonista, con 55 años.


Como decía Mihail Tal: " De todos modos los errores no pueden evitarse..." 

¡A vivir que son 2 días!


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