martes, 13 de noviembre de 2012

Incentivos perversos

Podemos cambiar la palabra incentivo por premio. Quedaría así: premios perversos.

¿Que es lo que deseamos?¿Que nos enseñan que tenemos que desear ser?¿Que incentivo (premio) nos mueve a hacer las cosas?

El domingo veía a una niña jugar con otra a las "top models". Me contaban la semana pasada que cierto niño era un apasionado del fútbol. Vemos por la calle como adultos y niños llevan las camisetas de los jugadores mas ricos y mas famosos. ¿Es eso lo que queremos ser?¿O es lo que nos venden que debemos ser?



Muchos de los problemas de nuestro mundo nacen de que se premia de manera equivocada. ¿Que incentivo tienen los gobernantes y políticos para dejar de gobernar?¿Que premio reciben hoy, por ejemplo, por no recortar en lo que necesita todo el mundo?¿Y que interés pueden tener en hacer su vida mas difícil, no enriquecerse, no aprovecharse de su posición dominante, no mirar por si mismos y sus amiguetes, trabajar en otra cosa que no sea la política...? Pocos se me ocurren. Con los incentivos que hay se ha generado y enquistado una clase social (la política) que, junto con los ricos y los nobles nos gobiernan a su antojo.

En las empresas, en muchas ocasiones se premia la estabilidad, no la innovación  Se desmotiva a los trabajadores con incentivos perversos y opacos que generan agravios comparativos. Los incentivos son claves para que demos lo mejor de nosotros mismos.

En ajedrez, varios campeones del mundo, como por ejemplo Alekhine (que derrotó a Capablanca, véase la entrada "el efecto matrix"), después de conseguir el título mundial, y sin ninguna norma que le obligase a ponerlo en juego contra los rivales mas fuertes, se dedicó a jugar contra rivales cómodos para no perderlo. ¿Por que hacer otra cosa? Otros, como Karpov, tras ser coronado campeón del mundo por abandono de Fischer, se propuso jugar contra los mejores en todos los torneos posibles y vencerles. Su motivo, demostrar que era indiscutiblemente el mejor.

También muchas veces nos premiamos de manera equivocada. ¿Hemos pensado que nos mueve a vivir? No a sobrevivir como tenemos en nuestro ADN, y como de manera cómoda y automática todos somos capaces. A vivir. ¿Que nos motiva? ¿Cual es nuestro premio?






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