Hace mas de 20 años, me encontraba con mi amigo Eduardo practicando atletismo en una zona ajardinada. Creo que estábamos descansando en el césped, cuando pasó un anciano en pantalón corto de deporte. Nos miró y nos dijo algo así: "ánimo chavales, seguid haciendo deporte. Miradme a mi, tengo ¿70? años, llevo toda la vida prancticándolo; miradme..." se lanzó al suelo, y se puso a hacer flexiones con un ritmo muy vigoroso. Luego se levantó, y se fue... mi amigo y yo nos quedamos alucinados de la energía vital que exhalaba ese hombre.
Se le puede llamar de muchas formas, energía vital, espíritu, motivación, fuerza interior... es ese motor que llevamos dentro y que hace que cada día nos levantemos de la cama. Dice mi admirado Emilio Duró que él, para observar esto, se fija en como sube la gente las escaleras. Hay gente que las sube de manera que parece que se va a comer el mundo... y otros que parece que nunca lograrán llegar al peldaño siguiente.
La energía que desprendemos se nota. Cuando estamos "depres" o melancólicos transmitimos poca... este estado suele recompensarse con el interés de los que nos rodean, que se preocupan de nosotros. Cuando estamos contentos, o eufóricos transmitimos entusiasmo y contagiamos a cuanto nos rodea de ganas de seguir hacia delante. También hay gente con mucha energía vital que transmite mas bien agresividad, y consigue amedrentar a los que tratan con ellos, sea inconscientemente o de manera voluntaria como, por ejemplo, hacía Kasparov con sus contrincantes.
Pero no voy a hablar de Kasparov. El protagonista de hoy es un jugador que, siendo de los mejores de la historia nunca llegó a ser campeón del mundo. Viktor Korchnoi.
El anciano que ven jugando contra decenas de oponentes a la vez tiene 81 años. La foto fue tomada en Londres en 2010. Este hombre nunca se retirará. Jugó 2 veces por el título de campeón del mundo y en ambas perdió. Ha logrado grandísimos triunfos, pero también ha tenido grandes decepciones. Su vida, que perfectamente podría ser el guión de una película de aventuras y espionaje, siempre ha estado marcada por la lucha y por no rendirse NUNCA. Hoy, que podría vivir de rentas, tranquilamente, contando batallitas, prefiere seguir jugando y divulgando su pasión.
Cuenta otro Victor (Victor Frankl) en su libro "El hombre en busca de sentido", que, cuando estaba preso en un campo de concentración, y se fijaba en sus compañeros de penurias, se dio cuenta de que, quien tenia alguien o algo por lo que vivir, aguantaba, y si la suerte le acompañaba seguía adelante. Y sin embargo, aquellos que perdían ese motivo por el que vivir, tardaban pocos días en perder la vida.
Energía vital, nuestro motor interior... Dicen que Korchnoi, antes de jugar una partida hace poco, comentaba con un compañero de equipo refiriéndose a su rival de la siguiente ronda: "Sé como ganarle, he comprobado que pasada la cuarta hora de partida se cansa, de modo que voy a tratar de agotarle..." Su rival tenia... 25 años menos que él...
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