Se me ocurrió este título hace varios días .. lo escribí en una hoja de papel, para que no se me olvidara, y me puse como fecha límite hoy para escribir. No deja de ser paradójica la expresión. Si decido algo parece obvio que lo haré... pero hace mucho tiempo que aprendí de mi mismo que; decidir, decidir hacer y hacer no son la misma cosa.
Una partida de ajedrez puede acabar de varias maneras: Se acuerdan tablas, se gana o se pierde por que se va a dar mate al rey, o se gana/pierde por tiempo. No nos damos cuenta que el tiempo es limitado en nuestras vidas. En el juego lo tenemos siempre en cuenta, en un reloj a nuestra derecha o izquierda, y nos sirve de acicate o motivación para tomar las decisiones, o sea, decidir, y hacer la jugada; hacer.
El problema, en la partida y sobre todo en el mundo real, es cuando no estas convencido de tu decisión. Es cuando en nuestra cabeza aparecen millones de motivos para no hacer nada. En una partida si no haces nada pierdes porque se te acaba el tiempo. ¿Y en nuestra vida? ¿Que queremos realmente hacer? ¿Que decidimos hacer? ¿Que hacemos?
Estos tiempos duros son una mierda... pero nos pueden ayudar a salir de nuestra zona de comodidad. Esa zona en la que nos instalamos cuando renunciamos, o nos olvidamos de lo que de verdad queremos hacer... de nuestros sueños.
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