Asociamos comunicación con la palabra, pero es mucho mas que eso. Nos comunicamos con los 5 sentidos que tenemos, con lo que vemos y enseñamos, con el tacto, con los olores... y lo paradójico de todo esto es que, siendo todo así, en el mundo haya mas de 6000 idiomas diferentes. La especie humana es peculiar ciertamente.
¿Que medios tenemos para comunicarnos y entendernos con cualquier ser humano, sea aquí en España o en Siberia?
De forma natural, los antropólogos han descubierto que cualquier ser humano, sea de donde sea transmite 7 expresiones con el rostro universalmente conocidas. Tristeza, enfado, alegría, miedo, desprecio, asco y sorpresa. Bien es un principio... y un fin, porque, de manera espontánea ya no hay mas.
¿Y que maneras hemos inventado para comunicarnos universalmente? Se intentó con el Esperanto, una lengua artificial que pretendía ser la lengua que nos comunicase a todos. Me viene a la mente el lenguaje de signos que utilizan los sordomudos. La ciencia tiene, como idioma "oficial" el inglés, y como idioma en la muchas de sus disciplinas las matemáticas. La música puede ser también un lenguaje universalmente reconocido. Y, como no tratándose de este blog. El ajedrez.
¿El ajedrez? Si. Cada 2 años (y ya vamos por la olimpiada número 40), en un lugar del mundo (en 2012 fue en Estambul) se reúnen jugadores de mas de 100 países. Sin conocerse de nada y sin hablar el mismo idioma, son capaces de, tras jugar una partida (como cualquier otro deporte), sentarse y repasarla, revisar los errores y tratar de entender que ha sucedido. Es mas, gracias a que es un lenguaje escrito, también universal (que nació en la antigua Yugoslavia), puede consultar y reproducir la partida cualquier jugador del mundo.
Somos los humanos así... diferentes unos de otros. Lo curioso de comunicarnos es lo irregulares que somos. Como dice un fragmento de una canción del grupo Love of Lesbian: "había expandido su emisión global desde Lima a Reijkiavik, y sin embargo a quien tenia cerca no podía transmitir".
Un lejano día, mi hijo mayor se acercó a mi con una sonrisa de oreja a oreja, mientras estábamos en un parque, y me soltó de sopetón: "papá, ven y diviértete tu también, diviértete tu también, anda..." Tenía razón. No quiero privarme de mis sentidos. Comunicarse es hablar, escuchar, ver, oler, sentir... no nos sumerjamos en tanques de privación sensorial. No te prives... ¡diviértete!
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