martes, 22 de enero de 2013

Leaving Las Vegas

Decía un antiguo compañero de trabajo cuando nos veíamos "Eh, hola, ¿que plan de vida llevas?", como frase informal de bienvenida; como diciendo, ¿que tal, como te va? Y, al pensar estos días en la entrada de hoy, me ha venido una y otra vez a la mente. ¿Que plan de vida tenemos?


En la película Leaving Las Vegas, Nicolas Cage, él protagonista (y espero no desvelar nada si alguien no la ha visto todavía), toma una decisión. Elige una vida (o mejor dicho como terminar su vida). Incluso en los primeros compases de la película cuenta a Elisabeth Shue cual es su plan. Y, a pesar de los contratiempos, y de que lo que decidimos no siempre es lo que la vida nos empuja a hacer, de que el plan original nunca es exactamente lo que al final conseguimos, logra completarlo.

Planes a largo plazo. Difícil en estos tiempos de cortoplacismo, donde todo tiene que ser YA. No tienen porqué ser destructivos, como en la película, pero últimamente,  sin que los medios de comunicación se hagan eco de nada, veo y me cuentan como algunas personas, ante tragedias y problemas que nos pone este tiempo que vivimos, decide acabar con su vida, dejar de vivir. Creo que, como en la partida de ajedrez que jugué el sábado pasado, cuando las cosas se ponen difíciles y no te salen como tu esperabas, podemos, o tirar la partida (y la vida por la borda), o sufrir, resistir. Buscar un plan, una opción de las pocas que nos queden y luchar tenazmente por conseguirlo. Al no tener nosotros la iniciativa e ir a remolque se sufre. Pero, con la suerte necesaria, se puede terminar triunfando, como al final me pasó a mi.

En la película, al principio, hay una especie de videoclip, cuando Nicolas Cage pone en marcha su idea. La canción que lo acompaña no para de decir... "say you will", "say you will"... (Dime que lo harás, dime que lo harás). Seamos fuertes. Si decidimos, pongámonos en marcha.


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