Estoy de acuerdo con el en gran parte, pero no del todo.
Estoy de acuerdo en que nuestro mejor momento es ahora, porque no existe otro. El resto, parafraseando la película "Blade Runner", se pierde como lágrimas en la lluvia. Ya no existe. Y eso sin contar la tendencia humana a sobre valorar el pasado (cualquier tiempo pasado fue mejor dice el poema...).
Pero, creo que todos, tenemos momentos, instantes, días que, por coincidencias afortunadas, por golpes de suerte, o por poner en acción lo altamente planeado y trabajado, nos dejan la sensación de triunfo, euforia o, simplemente, de vida. Y los tenemos grabados en nuestra mente a sangre y fuego.
El día de mi boda, cuando gané mi primer torneo de ajedrez, cuando he visto nacer a mis hijos... Pocos o muchos, tengo días con sensaciones especiales, momentos cumbre de mi vida.
Uno de ellos, recordado a menudo al escuchar una canción, es el que viví en Madrid junto a mi mujer y mis amigos hace unos años. Fuimos al concierto de REM. Me gusta mucho el grupo, algunas canciones me habían marcado los años anteriores, y, con alegría, pero sin demasiadas expectativas fui al concierto. No me digan porque, pero tras un rato alucinante (la voz del cantante me pareció y parece espectacular), al sonar la canción "Imitation of life", me puse a llorar como una magdalena mientras la cantaba. Emociones. Sentimientos. ALEGRÍA El llegar a un punto, a un instante en la vida en el que era FELIZ.
Cuando en 1985 Garry Kasparov ganó, por fin, el titulo de campeón del mundo de ajedrez, durante la celebración tras acabar la última y decisiva partida, se le acercó la mujer del fallecido Trigan Petrosian, que también fue campeón del mundo, y le dijo al oído: "Lo siento por ti. El día mas importante de tu vida ha acabado".
A mi aun me quedan muchos, ¿y a ti? A ver si hoy es uno de ellos.
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